ND. Lissette Gutierrez

coffee beans

¿Se puede tomar café en la lactancia? Sí y por qué

El café forma parte de la rutina diaria de muchas mamás. Es ese momento de pausa, de energía y de disfrute que a veces se convierte en un pequeño ritual. Sin embargo, cuando llega la etapa de lactancia, es normal que surja la pregunta: ¿tengo que dejar el café por completo para no afectar a mi bebé? La respuesta es tranquilizadora: sí puedes tomar café durante la lactancia, pero la clave está en hacerlo con moderación y conociendo bien los límites seguros. La cafeína y la leche materna Cuando consumes café, té, chocolate o incluso refrescos de cola, la cafeína pasa a tu sangre y, en pequeñas cantidades, también a la leche materna. Esto significa que tu bebé puede recibir una fracción de lo que tomas. El detalle está en que el metabolismo del recién nacido es mucho más lento que el de un adulto, por lo que la cafeína permanece en su organismo durante más tiempo. En los primeros meses de vida, el hígado y los riñones del bebé todavía no tienen la madurez suficiente para eliminarla con rapidez, lo que podría ocasionar que sea más sensible a sus efectos. Aun así, la evidencia científica ha mostrado que, en general, el consumo moderado de cafeína por parte de la madre no suele tener consecuencias negativas en el lactante. Tanto la Organización Mundial de la Salud como la Academia Americana de Pediatría consideran que no es necesario suspender el café durante la lactancia, siempre que la ingesta se mantenga dentro de ciertos límites. Esto debería dar tranquilidad a las madres que temen que incluso un pequeño sorbo de café pueda ser dañino para su bebé, ya que la ciencia nos dice que no es así, en especial si en tu entorno te han dicho muchos mitos! ¿Cuánto café es seguro durante la lactancia? La mayoría de guías coinciden en que un consumo de hasta 300 miligramos de cafeína al día es seguro en mujeres que amamantan. Para ponerlo en términos más prácticos, esto equivale aproximadamente a dos o tres tazas medianas de café filtrado o de prensa francesa. Por supuesto depende mucho de la preparación y cantidad, las cantidades de cafeína pueden ser muy variables, por lo que te recomiendo no irte al límite máximo. Aunque estas cifras sirven de orientación, es importante recordar que no solo el café aporta cafeína. El té, el mate, los refrescos de cola, el chocolate y, en mayor medida, las bebidas energéticas también contienen cantidades variables que se suman al total diario. Superar esos 300 miligramos de forma constante no significa que tu bebé vaya a enfermar, pero sí aumenta la probabilidad de que se muestre más irritable o que su sueño se vuelva más superficial y fragmentado. Por eso, más que obsesionarse con los números exactos, la idea es mantener un consumo moderado y observar cómo responde tu hijo. Además, es importante recordar que el café te ayuda a perder líquidos y, como sabrás, necesitas un consumo mucho mayor de agua durante esta etapa de lactancia. Por lo tanto, para evitarte más ataques de sed y en general deshidratación, si deseas consumir café de forma diaria, aumenta también aun más tu consumo de agua. Cómo saber si tu bebé es sensible a la cafeína Cada bebé es distinto, y esa es la razón por la que no hay una única regla que aplique a todos. Hay bebés que toleran bien que la madre consuma una o dos tazas de café al día, mientras que otros parecen reaccionar con inquietud incluso ante una cantidad pequeña. Lo más común es que, si existe sensibilidad, se manifieste a través de irritabilidad, llanto más frecuente de lo habitual o dificultad para conciliar el sueño. También puede presentarse un sueño más intranquilo, con despertares constantes o con menos tiempo de descanso profundo. Si identificas estos cambios después de haber consumido café, puede ser una señal de que tu hijo es más sensible a la cafeína. En ese caso, no significa que debas eliminar el café para siempre, sino que probablemente necesites reducir la cantidad, espaciar las tomas o elegir una parte del día en la que el impacto sobre tu bebé sea menor. Cada familia encuentra su propio equilibrio, y lo importante es no sentir culpa por disfrutar de una bebida que también puede formar parte de tu bienestar. Estrategias para disfrutar el café sin preocupaciones Una manera sencilla de reducir el impacto de la cafeína en tu bebé es consumir el café justo después de amamantar. De esa forma, cuando llegue la siguiente toma, tu cuerpo ya habrá metabolizado parte de la cafeína y la concentración en la leche será menor. Otra estrategia es alternar entre café regular y descafeinado, lo que permite mantener el ritual sin sobrepasar los límites recomendados. Incluso optar por preparaciones más suaves, como un café americano en lugar de un espresso largo, puede marcar la diferencia. También es útil observar el conjunto de tu dieta. Si eres una persona que disfruta del té verde, del té negro o del chocolate, conviene recordar que todos ellos aportan cafeína. Sumados al café, pueden llevarte a un consumo más alto del que crees. Llevar un registro durante unos días ayuda a visualizar mejor cuánto estás tomando realmente. Por último, no olvides que el café no solo es cafeína. Tomarlo puede significar un momento de autocuidado, un espacio de descanso en medio de la rutina de la maternidad. Eso también tiene un valor, y si lo haces de forma consciente y moderada, no tienes por qué privarte de él. En resumen No es necesario eliminar el café durante la lactancia. La ciencia respalda que un consumo moderado, dentro del rango de hasta 300 miligramos de cafeína al día, es seguro para la mayoría de los bebés. Lo fundamental es observar cómo reacciona tu hijo y ajustar tu consumo en función de sus necesidades. La lactancia es un proceso lleno de aprendizajes y ajustes, y dentro de todo ello hay espacio para que sigas disfrutando de

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El Impacto de los Hábitos Alimentarios de los Padres en los Niños: Modelado de Comportamientos Saludables

Los padres influencian los hábitos alimentarios de sus hijos siendo modelos a seguir. Es clave modelar una conducta alimentaria sana, involucrando a los niños en preparar comidas y evitando la recompensa o castigo con comida. Una comunicación abierta sobre nutrición fomenta una relación positiva con los alimentos y un desarrollo saludable.

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photo of a mother waking up with her daughter on the bed

Rutina a la hora de la comida ¿Por qué sí?

Establecer una rutina alimentaria saludable para tus hijos es fundamental para promover hábitos saludables y garantizar una nutrición adecuada durante su crecimiento y desarrollo, además te ahorrará cansancio mental si actualmente estás improvisando tus actividades a diario. En esta entrada, exploraremos la importancia de establecer rutinas alimentarias y te proporcionaré consejos prácticos para planificar comidas y horarios adecuados según la edad del niño, además podrás descargar una guía con ejemplos de rutinas de 6 a 12 meses que podrías implementar! Importancia de Establecer Rutinas Alimentarias Una rutina alimentaria consistente brinda estabilidad y previsibilidad a la vida de tus hijos. Les ayuda a entender cuándo es el momento de comer, lo que les permite desarrollar hábitos saludables en torno a la alimentación. Además, establecer horarios regulares para las comidas puede ayudar a prevenir el consumo excesivo de alimentos y promover la auto-regulación del apetito. El saber a qué hora es la comida, cuánto dura la comida, qué cosas se pueden y no hacer en la comida te ayudará mucho a ti y a tu pequeño a que las horas de comida sean tranquilas, menos estrés y menos pataletas por cortes abruptos de actividad. ¿Desde qué edad puedo empezar a establecer una rutina? Tan pronto se inicia la alimentación! Es decir, desde los 6 meses. Desde esta edad tu bebé probablemente ya tenía una rutina de siestas que le ayudan a llevar mejor su día (y el tuyo), de la misma forma la hora de la comida debe ser estructurada e idealmente planeada, para que así no sientas que eres una chef a libre demanda. Además es esencial que las horas de comida estén correctamente espaciadas de las tomas de leche que actualmente tiene tu bebé (recuerda que la leche materna sigue siendo a demanda), ya que esto permitirá que tu bebé pueda sentir suficiente hambre para animarse a probar comida pero no demasiado hambriento para que esté irritable y apresurado por tomar leche. Lo ideal es 1 hora o 1 hora y media separado de las tomas de leche, puedes ir evaluando el tiempo ideal con los días. Descarga la guía Registra tu nombre y correo electrónico para obtener el link de descarga Puedes desuscribirte en cualquier momento desde tu correo electrónico. Subscribirse Loading… Muchas gracias! Te has suscrito a nuestro newsletter de forma exitosa, puedes descargar la guía en el siguiente link: Descarga aquí Consejos para la Planificación de Comidas y Horarios Establece Horarios Regulares: Intenta mantener horarios regulares para las comidas principales, como el desayuno, el almuerzo y la cena, así como para las meriendas. Esto ayuda a mantener el equilibrio energético y asegura un suministro constante de nutrientes a lo largo del día. Involucra a tus Hijos en la Planificación: Para niños mayores, el permitir que tus hijos participen en la planificación de las comidas puede aumentar su interés por la comida y fomentar una relación positiva con los alimentos. Pídeles que te ayuden a elegir recetas, hacer compras en el supermercado o hasta preparar la comida en la cocina. Ofrece una Variedad de Alimentos: Asegúrate de incluir una variedad de alimentos en las comidas y meriendas de tus hijos para garantizar una nutrición equilibrada. Esto incluye frutas, verduras, proteínas magras, granos enteros y productos lácteos bajos en grasa. Al planificar un menú de forma semanal, será un poco más sencillo poder incluir todos los grupos de alimentos y asegurarte que no te falte nada a la hora de cocinar. Sé Flexible: Si bien es importante tener una rutina, también es importante ser flexible y adaptarse a las necesidades individuales de tus hijos. Respeta sus señales de hambre y saciedad, y no te preocupes demasiado si ocasionalmente se desvían de la rutina establecida. Evita las Distracciones durante las Comidas: Fomenta un ambiente tranquilo y sin distracciones durante las comidas. Apaga la televisión y los dispositivos electrónicos, y siéntate a la mesa juntos como familia para disfrutar de la comida y la compañía. Dependiendo de la edad de tu hijo/a, esto puede provocar emociones grandes si haces el cambio abruptamente. Si tu pequeño/a acostumbraba a ver televisión, ve haciendo el cambio poco a poco y da avisos: «En 10 minutos vamos a apagar la televisión y vamos a comer en la mesa» Crear una rutina alimentaria saludable para tus hijos requiere tiempo, paciencia y consistencia, pero los beneficios a largo plazo valen la pena. Al establecer hábitos alimentarios positivos desde una edad temprana, estás sentando las bases para una vida de buena salud y bienestar para tus hijos. ¡Comienza hoy mismo a implementar estos consejos y observa cómo florecen tus hijos con una alimentación saludable y equilibrada! ¿Ya descargaste la guía? Descarga la guía Registra tu nombre y correo electrónico para obtener el link de descarga Puedes desuscribirte en cualquier momento desde tu correo electrónico. Subscribirse Loading… Muchas gracias! Te has suscrito a nuestro newsletter de forma exitosa, puedes descargar la guía en el siguiente link: Descarga aquí

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close up photography of cheese

¿Puedo darle lácteos a mi bebé?

La introducción de la alimentación complementaria es un emocionante hito en el desarrollo de tu bebé, peero también es una etapa en la que surgen muchas dudas e inseguridades, las cuales son comprensibles debido a tanta desinformación que hay en la actualidad en diferentes medios, en familiares, amigos o cualquier persona cercana. Una duda muy común es sobre los lácteos, seguro has escuchado a algunos decir que sí se puede a los 6 meses, otros te dicen que no hasta los 12 meses, otros te dicen que recién a los 2 años… uff, pero aquí te cuento todo y con evidencia. ¿Cuándo es Apropiado Introducir Lácteos? Sabemos que la alimentación complementaria idealmente debe iniciar a los 6 meses porque generalmente a esta edad ya están preparados y además empiezan a necesitar nutrientes que la leche materna ya no les suple en su totalidad. Sin embargo, la leche materna sigue siendo el alimento y fuente de energía principal de tu bebé hasta los 12 meses. Si bien es cierto, la Academia Americana de Pediatría (y muchas otras asociaciones) indica que la leche de vaca como bebida no es recomendable introducirla hasta al menos el año de edad, entre las razones se encuentran el hecho de que desplaza otros alimentos mucho más importantes y que también su alto consumo afecta la absorción del hierro. Sin embargo, los lácteos tales como el yogurt y la leche no son desaconsejados y se recomienda su introducción desde los 6 meses de edad. Alimento Alérgeno La leche de vaca es uno de los alimentos alergénicos más comunes en la primera infancia, me refiero en específico a la alergia a la proteína de leche de vaca, proteína que se encuentra en sus derivados, osea en los yogures y quesos. ¿Entonces? Entonces igual se recomienda introducirlos a los 6 meses! La recomendación actual respecto a los alimentos alergénicos es su introducción temprana. Introducir los principales alimentos alergénicos al inicio de la alimentación complementaria se ha relacionado con un menor riesgo a desarrollar dichas alergias, siempre y cuando sea introducido de forma segura y con las precauciones adecuadas. Opciones de Lácteos Apropiadas para Bebés Consideraciones Importantes: En conclusión, la introducción de lácteos en la dieta de tu bebé a partir de los 6 meses puede ser una transición suave y nutritiva. Ya sea a través de yogurt o quesos, asegúrate de ofrecer opciones que sean adecuadas para la edad y la capacidad de tu bebé para garantizar una nutrición óptima. Como siempre, consulta con el pediatra para personalizar las recomendaciones según las necesidades individuales de tu pequeño. La alimentación complementaria es un emocionante viaje de exploración de sabores y texturas, ¡disfrútalo junto a tu bebé!

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